Durante la Revolución Mexicana se organizaron los primeros sindicatos de empresa o gremio.
En 1915, Obregón pactó con la Casa del Obrero Mundial para combatir a Villa y Zapata.
Carranza asesinó a Zapata, después a Villa; a los obreros los reprimió violentamente.
En 1918 se fundó la CROM con patrocinio oficial, se inició el corporativismo sindical.
Esta no es la historia real y verdadera de la lucha de clases en México. Se trata solamente de una de las historias contadas por los trabajadores desde el interior del movimiento. Conocer nuestras raíces, entender nuestra propia historia, saber de dónde venimos, es una necesidad para proyectar mejor nuestras acciones en el presente. En esta ocasión, revisamos las relaciones del movimiento obrero mexicano con el Estado. Hoy, nuestro movimiento está totalmente desnaturalizado, infiltrado y destruido, corporativizado al Estado y sometido al gobierno en turno. Esto no es casual, hay razones políticas e ideológicas y, sobre todo, fuertes intereses históricos y coyunturales.
El llamado charrismo sindical que padecemos los trabajadores mexicanos desde hace ya varias décadas no es algo casual ni anecdótico. Es un fenómeno que, salvo efímeros períodos, se reproduce en todas partes del mundo. Se trata del corporativismo sindical con el Estado. Desde el surgimiento de los sindicatos hasta el día de hoy el capitalismo siempre ha tratado de anular a su contrario histórico introyectándole una ideología ajena, sometiéndolo a la represión, incorporándolo al Estado, penetrando a las organizaciones obreras y desviándolas por la vía de la corrupción, la desideologización, la persecución y represión violentas.
El llamado charrismo sindical que padecemos los trabajadores mexicanos desde hace ya varias décadas no es algo casual ni anecdótico. Es un fenómeno que, salvo efímeros períodos, se reproduce en todas partes del mundo. Se trata del corporativismo sindical con el Estado. Desde el surgimiento de los sindicatos hasta el día de hoy el capitalismo siempre ha tratado de anular a su contrario histórico introyectándole una ideología ajena, sometiéndolo a la represión, incorporándolo al Estado, penetrando a las organizaciones obreras y desviándolas por la vía de la corrupción, la desideologización, la persecución y represión violentas.
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